John Hospers. Estados Unidos (1918-2011). Filósofo. Autor de la obra La conducta humana.

«Nosotros, que vivimos en una democracia, nos sentimos inclinados a razonar del modo siguiente: mantengamos
el poder en manos del pueblo. Este no desea ser gobernado por déspotas; por consiguiente, hagamos que sea imposible que surjan dictadores y tiranos, manteniendo siempre las llaves del poder en manos del pueblo. Permitamos que se elija para el poder a aquellos hombres que parecen los más adecuados para detentarlo; y demos al pueblo, a intervalos fijados de antemano, el privilegio de votar la continuación de esos hombres en su puesto si lo hacen bien, o de sustituirlos si no lo hacen. El poder tiene que estar, en última instancia, en manos del pueblo, y única- mente estará delegado en ciertos hombres: en los gobernantes que detentan el poder. Esos hombres tienen que representar la voluntad popular: no son los amos del pueblo, sino sus servidores. El pueblo no se pondrá a sí mismo voluntariamente en una posición de servidumbre para con los gobernantes. Si las riendas del poder están en manos del pueblo, todo estará seguro, porque nadie desea hacerse desgraciado a sí mismo. La respuesta al problema del poder no consiste en tener a un grupo en el extremo activo del poder y a otro en el pasivo; los que están en el extremo pasivo —es decir, el pueblo—tienen que ser precisamente aquellos que (por medio de los representantes elegidos) sean los detentadores del poder. Una monarquía absoluta, en la cual un rey gobierna desde arriba, se diferencia de una democracia —en la cual un presidente o un primer ministro lleva a cabo la voluntad del pueblo, que está abajo— en que la fuente de poder está en manos distintas.»