Oyendo la poesía de Carlos Framb en este interminable  camino de Damasco sucede la iluminación del rayo:

 tengo de súbito la conciencia de mi ser estelar. 

El verso    en su libro deriva en música: lo leo en mudez y oigo un canto de esferas. 

De tan íntima, la poesía es placer solitario, y su sonido, soterrado, ondas que se van  expandiendo por el fondo del alma.

Alberto Aguirre