La enseñanza, más aún que la mayoría de las otras profesiones, se ha transformado, durante los últimos cien años, de una profesión pequeña, altamente especializada, destinada a una minoría de la población, en una grande e importante rama del servicio público. Es una profesión con una amplia y honorable tradición, que se extiende desde los albores de la historia hasta tiempos recientes, pero cualquier maestro del mundo moderno que se permita sentirse inspirado por los ideales de sus predecesores está expuesto a que se le recuerde bruscamente que su función no consiste en enseñar que piensa, sino en inculcar las creencias y prejuicios que sus empleadores consideran útiles